Es por esto que el Ministerio de Salud de Río Negro recuerda y remarca que una gran proporción de los casos de diabetes son prevenibles. Mantener un peso normal, realizar actividad física periódica y llevar una dieta sana son algunas de las medidas que pueden prevenir o retrasar la aparición de esta enfermedad.
Si se detectan situaciones tales como la necesidad de orinar con mucha frecuencia, pérdida de peso aparentemente, cansancio, desgano, decaimiento y sed excesiva, se debe visitar un centro de salud para realizar controles de salud general.
Por otro lado, cada quien puede identificar diferentes factores de riego, como ser mayor de 40 años, tener antecedentes familiares de diabetes, tener sobrepeso/obesidad, llevar una alimentación monótona y poco variada con baja cantidad de frutas y verduras, etc.
Realizar muy poca actividad física, haber tenido diabetes durante el embarazo, ser madre de un niño nacido con un peso mayor a 4,5 kg, ser fumador o tener tensión arterial alterada, también son características por las cuales se debe considerar la consulta con un equipo de salud.
Es importante remarcar que la diabetes es una enfermedad que se puede tratar y para ello se deben seguir diferentes pautas, como asegurarse una alimentación variada, con amplia opción de alimentos, frutas y verduras; a la vez que se debe disminuir el consumo diario de productos procesados y comerciales, con alto contenido de azúcares y grasas. Además es importante disminuir el agregado de sal a las comidas y aumentar la incorporación de hierbas aromáticas para saborizar los platos.
También se debe realizar actividad física al menos 30 minutos todos los días, evitando aquellas donde se tenga que autoexigirse, como así también las que nos limitan a estar sentados. Las actividades de la vida cotidiana, como caminar, desplazarse en bicicleta, labores del hogar, etc., también ayudan a mantenernos activos.
Por cada hora que se está sentado, es recomendable ponerse de pie y realizar ejercicios de estiramiento; y es importante utilizar calzado adecuado e hidratarse con agua segura durante la realización de cada ejercicio.
Cabe destacar que la insulina, hormona por la cual surgen las complicaciones de esta enfermedad, regula el azúcar en la sangre y aporta energía necesaria para vivir. Si esta no puede llegar a las células para convertirse en energía, el azúcar se acumula en la sangre hasta alcanzar niveles perjudiciales.
Mantener los niveles elevados de glucemia o permanecer sin control médico durante mucho tiempo, puede poner en peligro a todos los órganos principales del cuerpo y provocar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, neuropatías, insuficiencia renal, ceguera, impotencia e infecciones que pueden necesitar amputación.