La mayoría de las personas asocian el fumar cigarrillos y productos que contienen tabaco a enfermedades como cáncer de pulmón y problemas respiratorios, pero pocas están informadas de cómo este consumo también aumenta el riesgo de sufrir enfermedades del corazón.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo y el 30% de ellas prematuras, es decir se producen en personas de 30 a 69 años, los cuales padecen complicaciones desde infartos de miocardio hasta accidentes cerebrovasculares cobrándose más de 17 millones de vidas al año. El consumo de tabaco y la exposición al humo ajeno están entre las principales causas y contribuyen con un 17% de las muertes mundiales por estas enfermedades, es decir 3 millones de defunciones al año.
El riesgo cardíaco y vascular aumenta con la cantidad de tabaco fumado y los años de consumo. Ningún grado de tabaquismo es “inofensivo”. Incluso las personas que fuman ocasionalmente y aquellas que no fuman pero están expuestas al humo de tabaco ajeno, sufren lesiones en el corazón y los vasos sanguíneos.
Es importante saber que el humo de tabaco está compuesto por más de 7000 sustancias tóxicas e irritantes, de las cuales la nicotina, el alquitrán y el monóxido de carbono son las principales.
Estas sustancias provocan: aumento en la frecuencia cardíaca, alteraciones en el ritmo de los latidos, aumento de la presión arterial y el esfuerzo cardíaco, disminución en el transporte de oxígeno de la sangre, contracción de las arterias dificultando el paso de sangre a los tejidos, aumento en la producción de coágulos que pueden alterar el recorrido de la sangre, depósito de placas de colesterol en el interior de las arterias, provocando su obstrucción o ruptura, comprometiendo la llegada de la sangre a órganos vitales.
Todas estas circunstancias explican la íntima asociación del humo de tabaco con un mayor riesgo de Hipertensión Arterial, Enfermedad Coronaria, Infarto de Miocardio, Accidente Cerebrovascular, Insuficiencia y Arritmias Cardíacas, entre otras.
Muchas de las alteraciones que provoca el uso del tabaco se corrigen luego de suspenderlo, teniendo efectos beneficiosos en la salud. Por eso se considera que una de las intervenciones más saludables es recomendar a los pacientes y ayudarlos a que dejen de fumar.
El consumo de tabaco es la principal causa evitable de mortalidad en el mundo y afecta no solo a quien fuma sino también a aquellos no fumadores que están expuestos al humo ajeno.
¿Qué medidas se pueden tomar? ¿Qué podemos hacer?
Es fundamental trabajar concientizando a la población sobre los beneficios de no fumar y los efectos nocivos del humo de tabaco. De esta manera es posible evitar el comienzo del hábito en los no fumadores y estimular el abandono en aquellos que fuman.
Es importante señalar que abandonar el hábito es posible, teniendo presente que existen tratamientos efectivos. La actividad física diaria y la alimentación adecuada son grandes aliados, así como también implementar y hacer respetar los ambientes cerrados 100% libres de humo de tabaco.
Con estas acciones contribuiremos a reducir el riesgo que determina el tabaco en toda la población, mejorando la calidad de vida de las personas y logrando comunidades más saludables.