Artistas de renombre nacional como Natalie Pérez, Turf y Banda XXI; y músicos locales fueron los encargados de ponerle ritmo a las jornadas para que tanto residentes como turistas puedan disfrutar unas noches excepcionales en este imponente rincón inmerso en la Costa Atlántica provincial.
Se estima que desde el viernes al domingo más de 80.000 personas pasaron por el predio aledaño a la Colonia de Deporte para apreciar los espectáculos culturales de primer nivel y, además, visitar la feria de artesanos, el patio gastronómico y la globa de emprendedores del Crear con opciones para todos los gustos.
La Fiesta del Mar y el Acampante nació, en cierto modo, a comienzos del siglo XX con las kermesses de verano que organizaban los pobladores para festejar la llegada de la temporada más esperada y así poder disfrutar de las grandes olas y las cálidas arenas del lugar.
Esta costumbre, según cuenta la historia, empezó a tomar relevancia durante la década del 40 en la que se comenzó a celebrar la Fiesta de la Inauguración en la que no sólo se bendecían las aguas, sino que también se competía por el premio a la mejor carpa a modo de darle apertura a la época estival.
De esta iniciativa surge el nombre con el que la Fiesta es conocida actualmente, el cual data de la década de los 70, momento en el que la misma comenzó a crecer hasta convertirse en una Fiesta Nacional que año a año convoca a artistas reconocidos y alberga una serie de propuestas para toda la familia.
Tanto a comienzos del siglo pasado como en la actualidad, este lugar continúa atrayendo visitantes debido a su impactante encanto conformado por infinitas playas que se extienden a lo largo de 10 kilómetros e invitan a disfrutar un confortable descanso a orillas del mar y apreciar atardeceres mágicos en los que el sol, el agua y el colorido cielo plagado de aves se fusionan en una postal sin igual.
Quienes arriben allí, tendrán la posibilidad de elegir entre la Playa Grande donde las extensiones de arena otorgan las condiciones ideales para que los más pequeños puedan jugar; o la Playa Central en la que continuamente se realizan actividades deportivas para animar a las y los veraneantes.
Los que busquen una zona más reparada del viento y del sol, podrán optar por la primera o segunda Bajada El Faro, que se encuentran al resguardo de altos acantilados como los que caracterizan al Camino de la Costa y que son el hogar de la Colonia de Loros más grande del mundo.
Esta villa balnearia cuenta con todos los servicios básicos para que tanto aquellos que habitan en la ciudad capitalina y van a pasar el día, como turistas que llegan desde distintas partes del país puedan atravesar una excelente estadía.
Con opciones para todos los gustos, los más aventureros tendrán la oportunidad de practicar deportes como windsurf, kitesurf, sandboard, carrovelismo y kitebuggy gracias a las características de la zona, mientras que los más relajados podrán optar por una caminata tranquila, juegos de playa en familia o actividades recreativas propuestas por el Ministerio de Turismo y Deporte y la Municipalidad de Viedma.
Además, quienes deseen conocer a fondo la impactante avifauna de la región conformada por más de 200 especies podrán contratar el servicio de avistaje de aves en el que se da paso a la interpretación y comprensión de la dinámica de diversas especies inmersas en su ambiente natural.
Cabe destacar que el balneario también permite recorrer sitios históricos ya que alberga al Faro Río Negro, la edificación más antigua de este tipo en la Patagonia Continental y el más longevo del país en servicio, reconocido como Monumento Histórico Nacional y Patrimonio Histórico de la Humanidad.
Por otra parte, a escasos metros de allí se sitúa el Memorial de Malvinas, un monumento con fines reflexivos que se erige a orillas del acantilado en memoria de los combatientes que batallaron en el histórico conflicto bélico de 1982.
El Cóndor se encuentra a 30 kilómetros de Viedma, bordeando la Costa Atlántica por la Ruta Provincial Nº 1 desde la cual se puede continuar el recorrido para transitar el impactante Camino de la Costa donde yacen algunas de las playas más bellas y solitarias de la región.