Resulta fundamental no dejar de lado este hábito, que se reforzó durante la pandamia y que es tan importante para prevenir y evitar que los virus ingresen a través de las vías respiratorias al tocarnos la cara.
Desde el Ministerio de Salud se insiste en la necesidad de incorporar el hábito del lavado de manos como método adecuado, el uso de agua y jabón para reducir eficazmente el desarrollo de microorganismos en las manos. El lavado debe durar al menos 40–60 segundos y debe abarcar la totalidad de la mano, palma, dedos y uñas.
Se recomienda y se hace principal hincapié en la importancia de lavarse las manos frecuentemente, sobre todo antes y después de manipular alimentos, comer o beber; luego ir al baño, limpiarse la nariz, toser o estornudar; de haber tocado superficies públicas: mostradores, pasamanos, picaportes y barandas; y después de manipular el celular, dinero, llaves o animales. En caso de no contar con la posibilidad de lavarse las manos con agua y jabón se pueden desinfectar con solución a base de alcohol.