La celiaquía tiene grado de prevalencia en la población de nuestro país, de acuerdo a estimaciones del Ministerio de Salud de la Nación, se calcula que una de cada ciento sesenta y siete personas la padecen.
Es una intolerancia permanente al gluten, (proteína que se encuentra en el trigo, avena, cebada y centeno) que ocurre en individuos genéticamente predispuestos. La ingestión de gluten en una persona con celiaquía, afecta la mucosa del intestino y disminuye la capacidad del mismo de absorber nutrientes. Puede aparecer en cualquier momento de la vida, desde que se incorpora gluten a la alimentación hasta la adultez avanzada.
Las características propias de la enfermedad condicionan la calidad de vida de las personas afectadas y de sus familias. Una vez diagnosticada, su tratamiento consiste únicamente en una dieta estricta de Alimentos Libres de Gluten (ALG), que deberá mantenerse de por vida. Pero además se debe tener especial cuidado con respecto a la contaminación cruzada.
Entre los principales síntomas se destacan: la distensión abdominal, la sensación de panza llena, episodios bruscos de diarrea continuos. Una vez que se tiene el diagnóstico se deben hacer cambios en la alimentación debido a que no se debe consumir gluten. Vivir sin conocer lo que se está padeciendo genera más incertidumbre, muchas veces, que la enfermedad en sí.
El gluten está presente en muchos productos de la vida cotidiana no solamente en las harinas derivadas del trigo, avena, cebada y centeno que se debe excluir de la alimentación, como cremas corporales, pastas de dientes, lácteos, mermeladas. Entonces eso es un aprendizaje, se tiene que rediseñar todos los hábitos adquiridos propios y mejor si se acompaña de los entornos en el cual está inserto un paciente. Hay que aprender a transformar las recetas y los reemplazos de una harina por otra, es un proceso que lleva su tiempo, progresivo. Es importante el apoyo y la contención del entorno, porque es algo que realmente puede hacer la diferencia en esta adaptación sobre todo si es un niño que tanto le cuesta decir no a determinados alimentos.